La FIV es un tratamiento de reproducción asistida (ART) que tiene como objetivo fecundar el óvulo de la mujer con el esperma del hombre en un entorno de laboratorio, aumentando las probabilidades de éxito. El primer paso en el procedimiento de seis pasos en total es la configuración: detección, evaluación inicial y medicamentos previos al tratamiento.
El cuerpo femenino suele producir un óvulo por ciclo menstrual. Pero como la FIV depende del desarrollo de múltiples óvulos para elegir los mejores para implantar en el útero, se necesitará producir más óvulos. Es por eso que el médico iniciará un proceso llamado estimulación ovárica, en el cual tu (o la madre donante) recibirás inyecciones hormonales regulares para estimular a tus ovarios para que produzcan más folículos.
Una vez que varios folículos crecen y alcanzan el tamaño ideal, nuestros médicos expertos los recogerán mediante un procedimiento llamado aspiración folicular transvaginal (realizado bajo anestesia). En este procedimiento, se insertará una aguja guiada por ultrasonido en su vagina para alcanzar los folículos que contienen óvulos y succionar los óvulos maduros.
Los folículos aspirados se fertilizan con el esperma del padre colocándolos en un tubo y dejándolos incubar durante la noche. Según las pruebas de fertilidad realizadas antes del procedimiento, es posible que la fertilización con esta técnica simple no funcione para algunas personas. Esto se puede superar mediante una técnica llamada inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), en la que los espermatozoides se inyectan directamente en el óvulo.
Una vez realizada la fecundación, el médico controlará el desarrollo de los óvulos fertilizados y los evaluará de cerca y los calificará para determinar su calidad. Este es el paso en el que los médicos pueden usar pruebas genéticas para detectar y detectar posibles trastornos (PGD / PGS).
Después de que un embrión alcanza la etapa multicelular (el día tres) o la etapa de blastocisto (el día cinco), el médico lo transferirá al útero de la futura madre. Esto se hace insertando un tubo delgado (un catéter) en el útero, a través de la vagina y el cuello uterino, y liberando el embrión allí para que se implante en el útero. La transferencia se confirma mediante una prueba de embarazo después de 12 días, seguida de una ecografía después de otros 14 días.
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