Normalmente, los ojos son transparentes para permitir que la luz pase a través del cristalino y llegue a la retina para lograr la visión. Sin embargo, a medida que envejecemos, las proteínas del cristalino pueden coagularse y nublar el ojo, esto pasa en aproximadamente el 90% de las personas. Este nublamiento del cristalino se llama catarata y al principio no tiene ninguna consecuencia. Más adelante, sin embargo, puede desarrollarse y hacer que ver cada vez sea más difícil. Las cataratas también pueden ocurrir en recién nacidos (cataratas congénitas), en personas con diabetes y en una variedad de otras afecciones.
La catarata se trata mediante un procedimiento quirúrgico microscópico llamado facoemulsificación. Antes de la cirugía, se te pedirá que sigas ciertas instrucciones y que elijas un tipo de lente intraocular artificial para reemplazar la lente natural nublada. Tu lente de elección estará preparada y tú también para la cirugía ocular más rápida y eficiente que jamás haya existido.
Esta preparación suele consistir en la aplicación de gotas oculares anestésicas o una inyección para adormecer el ojo. Posteriormente, el procedimiento comienza cuando un cirujano experto utiliza ondas ultrasónicas para emulsionar el cristalino natural nublado y después aspirar la emulsión fuera del ojo. Después, el cirujano recompensa los fluidos aspirados con una solución salina balanceada para ajustar la presión del ojo y reemplazar la lente antigua por la lente artificial previamente seleccionada.
Después de la cirugía, como la operación se realiza microscópicamente, no se necesitan puntos y podrás volver a tu vida normal en poco tiempo. Lo único que tendrás que hacer es usar gotas para los ojos y mantener los ojos alejados del agua durante los primeros cinco días después de la cirugía.